sábado, 28 de febrero de 2009
Un ciudadano se ve amenazado por las triquiñelas de una empresa financiera. Por tres años ha depositado religiosamente en el banco las cantidades que le han exigido. Hasta que se harta y comienza una batalla legal Se trata de evitar que le despojen del auto.
En realidad, ya lo han hecho. Aunque usted lo dude, la automotriz NISSAN AGRÍCOLA de Cuernavaca, retiene a fortiori el auto en sus talleres. Han llegado al grado de prohibir que el cliente vea el auto.
Tampoco creerá que entró allí, para reparación, hace siete meses. Sin responder a las reiteradas llamdas del consumidor y postergando el aviso de que el auto estaba listo, secuestran el auto y, como si fuese poco, le han confiscado la póliza de garantía.
¿Cuál es el origen del lío?
Pues eso, que en vez de cobrarle lo acordado, han aumentado las mensualidades a casi 33% más.
Como el pretexto para esa improcedente medida ilegaL es el pago de una aseguradora que no estaba prevista en el contrato original, al dejar de pagar la financiera canceló el seguro. Al hacerlo rompió el contrato que exigía que el auto estuviese asegurado hasta el último pagaré.
¿Qué pasó, entonces? Pues que precisamente se suponía que el pago del seguro corría por parte de la comercializadora de autos NISSAN AGRÍCOLA de CUERNAVACA.
Y así, pasó durante el primer año. Pero, luego, el sanquinario tigre sacó las garras: después el cliente debía contratar el seguro, ¡al contado! y avisar a la empresa con anticipación al vencimiento. Como esto, naturalmente, lo deconocía el cliente, pues no más contrataron otro seguro por su cuenta y se lo cargaron.
Así se la gastan en NISSAN, Ahora el consumidro está depositando con billete de BANSEFI la cantidad correcta y ha acudido a las autoridades para que se haga justicia, haciendo que la NISSAN respete las leyes que protegen al consumidor.
¿Cómo la ven?
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